Este día comenzó como muchos otros, con la misma rutina matutina de una lata de café y un desayuno que incluía el durian sobrante del día anterior, seguido de un poco de trabajo en mi apartamento en Chiang Mai. El día prometía ser igual que cualquier otro, pero pronto se convertiría en una experiencia que cambiaría mi perspectiva. Visitando un bar en Chiang Mai…

Un mal día

A medida que el día avanzaba, mi trabajo se tornó un desafío. Cometí errores y enfrenté dificultades inesperadas, lo que lo convirtió en una jornada extenuante. Apenas tuve tiempo para tomar un almuerzo rápido en las cercanías de mi apartamento antes de sumergirme nuevamente en la tarea.

Al final del día, me sentía agotado, y la fatiga mental se apoderó de mí. Fue uno de los raros momentos en que me sentí un poco deprimido durante mi estadía en Tailandia.

Para aliviar mis emociones y recargar energías, decidí dar un paseo y tomar aire fresco. Pero como suele suceder en la vida, lo que comenzó como un simple paseo se convirtió en una experiencia completamente diferente.

un mal día
No te rindas por un mal día

Bar en Chiang Mai

Terminé en un bar deportivo cercano que nunca antes había visitado. Mientras miraba la televisión y disfrutaba de una cerveza, conocí a algunas personas interesantes. El primero de ellos fue un alemán que se había mudado a Chiang Mai por amor. Había tenido un negocio en Alemania que se vio afectado por la pandemia del COVID-19, lo que lo llevó a cambiar su rumbo y probar suerte en Tailandia. Me contó que estaba explorando nuevas oportunidades, pero con precaución, ya que su visa de turista le impedía trabajar oficialmente en el país. Compartió detalles de su negocio actual, pero prefiero  no mencionar nada por privacidad.

Yo trabajaba remotamente para una empresa alemana y prefería mantener cierta discreción. Normalmente decía que a veces tenía llamadas con mi empleador Europeo… (40 horas a la semana de llamadas)

Durante nuestras charlas, compartió anécdotas sobre las camareras del bar, sus relaciones y la idiosincrasia de su vida. La verdad es que no me importaba mucho la vida de las camareras o los camareros del local, pero el insistió en ello

Beer asia bar
Una cerveza… por ejemplo

La conversación con el alemán continuó hasta que se retiró, bastante ebrio, según me dijo, lo hacía a menudo, no le había sentado bien la pérdida del negocio, y se sentía algo solo en Chiang Mai.. Sin embargo, decidí quedarme en el bar y entablé una charla con una de las camareras. La invité a jugar al billar, una actividad que dominaba a la perfección y me derrotó con facilidad. Noté rápido que tenía varias horas de vuelo.

De vuelta a casa después del bar

Después de terminar mi cerveza, me preparé para irme. La camarera preguntó a dónde me dirigía y le respondí que iba a casa. Fue entonces cuando me sorprendió invitándome a su casa, con una condición clara: no habría intimidad física entre nosotros. Con curiosidad, le pregunté dónde vivía, y resultó que compartíamos el mismo conjunto de apartamentos. Intrigado por la situación, decidí aceptar su invitación.

En su casa, conversamos sobre una amplia variedad de temas, incluso su habilidad para tocar la guitarra y el piano. En un momento, se puso cómoda y se cambió a una camiseta de tirantes que dejaba poco a la imaginación. Nuestra charla continuó, pero en un momento, su camiseta se movió y reveló su pecho. Rápidamente se lo mencioné, y ella pareció indiferente. Sin embargo, reiteró que no habría relaciones sexuales entre nosotros.

ropa atrevida
Se puso algo así pero en blanco y más transparente

Finalmente, me invitó a pasar la noche en su casa, insistiendo en que no habría intimidad. Decidí que prefería regresar a mi propio apartamento para dormir y así lo hice, aunque estuviera a una corta distancia. Me dijo de vernos al día siguiente. 

La verdad es que no entendí muy bien a que quería jugar, podría haberme quedado y probar, pero estaba cansado y jugar a juegos donde no sé me dejan claras las reglas no es lo mío. Además el día anterior ya había sido intensivo.

Fue un día que comenzó con dificultades en el trabajo y terminó con una experiencia inesperada que me recordó que la vida puede dar giros sorprendentes. Buena y extraña visita a un bar en Chiang Mai.