Este día fue para salir de fiesta en Chiang Mai, un poco de vida nocturna… con nocturnidad y alevosía. Zoe in Yellow, Spicy club.
Mi día comenzó como tantos otros en Chiang Mai, con una lata de café ultra reconfortante, seguida de unas tostadas de aguacate con un toque de picante. Este ritual matutino me dio la energía necesaria para enfrentar el día. Mientras disfrutaba de este desayuno, aproveché para bloguear un poco en el balcón, con vistas a la piscina del condominio. Era una manera perfecta de comenzar la mañana bajo el cálido sol de Chiang Mai.
Otro día más en Chiang Mai
Después de la relajante mañana, decidí dirigirme al centro comercial Maya para almorzar. Una característica destacada de este centro comercial son los balcones que ofrecen vistas a las montañas circundantes de Chiang Mai. Siempre es un placer asomarse y tomar algunas fotografías de este hermoso paisaje. Definitivamente, recomendaría esta experiencia a cualquier visitante de Chiang Mai.
De vuelta en casa, me sumergí en mi trabajo. Aunque era viernes y había un espíritu festivo en el aire, la responsabilidad laboral era una prioridad. Trabajé duro durante la tarde, con la anticipación de que pronto llegaría el fin de semana.
Una vez que terminé mi jornada laboral, me dirigí a un lugar que se estaba convirtiendo en una especie de refugio: un café con juegos de mesa. Allí, pasé tiempo jugando a «Dune» con mis nuevos amigos, «ManchesterMan» y «FrankfurtMan». Fue una tarde tranquila y entretenida, pero la noche aún tenía algunas sorpresas reservadas.
Saliendo por Chiang Maide fiesta
Recibí una llamada de «Angelo». Era su última noche en la ciudad y me invitó a unirse a él para tomar algo. Fue una invitación irresistible, así que tomé un taxi y me dirigí a «Zoe in Yellow», una zona famosa entre los mochileros que van de fiesta en Chiang Mai.
En «Zoe in Yellow«, encontré a «Angelo» y a sus compañeros de hostal. Rápidamente me uní a su grupo y disfruté de unas cervezas con ellos. Una cosa que siempre me ha impresionado en esta parte del mundo es la felicidad y la diversión que la gente tiene cuando sale de fiesta. Rara vez he presenciado peleas, aunque con el alcohol de por medio, las cosas pueden calentarse. En Chiang Mai, vi de cerca dos ocasiones en las que la tensión estuvo presente, pero afortunadamente, no se convirtieron en incidentes mayores.
La verdad es que no sé cómo “Angelo” lo había hecho, pero había convencido a la dueña del Hostal a salir de fiesta con el resto de la tropa.
El grupo, que incluía a la dueña del hostal, decidió dirigirse a otro lugar llamado «Spicy». Optamos por tomar un tuk-tuk para llegar allí, no tanto por la distancia sino por la diversión de la experiencia. «Angelo» tenía preparadas algunas frases en tailandés en una libreta, como «¿Cómo te llamas?» y «¿Qué haces?». Por supuesto, no dudó en usarlas y entablar conversación con el dueño del tuk-tuk. Esta conversación fue corta, ya que el viaje fue rápido, la verdad es que son 5 minutos andando, pero había que tomar el tuk tuk
Spicy Chiang Mai
El viaje en tuk-tuk fue una aventura breve, y en «Spicy» no había tarifa de entrada, pero consumir era obligatorio. Esto no fue un problema, ya que las cervezas de 66 cl parecían estar destinadas a nosotros esa noche. Conversamos y disfrutamos de la vida nocturna, y tuve conversaciones interesantes con la dueña del hostal, en particular sobre cómo había sido la pandemia para su negocio.
La verdad es que el local era muy divertido, y tenía una mezcla Occidental-asiática bastante interesante. Por ejemplo en muchas discotecas asiáticas no es normal tener una pista de baile, lo habitual es tener muchas mesas, y la gente arremolinada alrededor con botellas, cervezas o cócteles.
«The Spicy» es una discoteca popular en Chiang Mai, conocida por su afluencia tanto de extranjeros como de residentes. Aunque la entrada requiere comprar una cerveza, destaca que al ser uno de los pocos lugares de este tipo en la ciudad, podría valer la pena explorarlo personalmente para formar una opinión propia. La mayoría de los visitantes son extranjeros, incluyendo turistas europeos y australianos, así como personas de países asiáticos como Japón, Corea del Sur y Taiwán.
La noche fue interesante, aparte de que “Angelo” y yo hablamos con varias chicas que había en el local, una mezcla de chicas locales y chicas mochileras.
En realidad la fauna del local era bastante interesante, por un lado estaba con “Angelo” y algunos de sus amigos, la propietaria del Hostel, todos hablando riendo y bailando, música asiática y occidental a partes iguales. Por otro lado había mucho turista, de varias edades, también recuerdo ver a hombres mayores de 50, vestidos con un toque hippy y varios ladyboys por allí.

Hasta que encendieron las luces, con la música a todo trapo, pero era una invitación a marcharse, cosa que hicimos varias canciones después… mi día de fiesta en Chiang Mai se acercaba a su fin.
Con el cierre del local inminente, un amigable ladyboy se nos acercó ofreciéndonos otro lugar que estaba abierto hasta más tarde. Aunque yo decidí retirarme, «Angelo» y el resto del grupo optaron por continuar la diversión en ese local adicional. Tan solo la propietaria del Hostal decidió irse a casa al mismo tiempo que yo
Finalmente, cuando todos nos retiramos, la dueña del hostal y yo tomamos caminos separados. Llegué a mi apartamento alrededor de las 4 de la mañana. Había sido un día muy divertido y lleno de sorpresas en Chiang Mai.